Eva tenía 4 años recién cumplidos cuando una serie de presuntas negligencias médicas nos la arrebataron. Decimos presuntas porque existe, pendiente de resolución judicial, una querella criminal por homicidio contra dos pediatras de La Coruña, que trabajan en el Hospital Modelo y tienen también sus propias consultas: el Dr. Julio González Yebra-Pimentel y la Dra. Mª del Carmen García Cabanas.

lunes, 30 de abril de 2018

El triste desenlace evitable

30 de abril de 2.010 - Día 2

Continúo compartiendo con vosotros el caso de mi hija Eva porque, aunque resulta muy doloroso recordar estos momentos, creo que es importante dar cuanta más información, mejor. De esta forma pretendo que se conozcan todos los datos que yo tengo y que me hacen luchar porque se haga justicia y también, no lo voy a negar, me sirve de desahogo.

Tras la nula intervención del pediatra Julio González Yebra-Pimentel, al día siguiente se hace cargo una nueva doctora: María del Carmen García Cabanas.

Esta pediatra ordena (por fin) una nueva analítica de sangre y de orina y observa que los valores de sodio de Eva, tras el tratamiento pautado por Pimentel, no solo no se recuperan, sino que descienden todavía más. Y tras esto ¿cómo decide actuar Cabanas? Pues inexplicablemente mantiene el mismo suero que le estaba provocando mayor bajada de sodio y el mismo tratamiento escaso en cantidades que el prescrito por Pimentel.

Supongo que no se atrevió a cambiar el tratamiento que pautó un compañero y que tiene más experiencia (aunque solo sea por edad) que ella. Pero con semejantes resultados: la niña sigue mal y el sodio lo tiene aún más bajo, debería de habernos hecho caso cuando a ella también le solicitamos el traslado al hospital Materno. Sin embargo, se negó, nos lo desaconsejó y la creímos; confiamos en ella y su consejo. Eva volvió a tener más convulsiones, una delante de mi cuando la fui a ver a la UCI. No volví a verla despierta nunca más. 

Eva sufrió una parada respiratoria y la tuvieron que intubar. A nosotros Cabanas nos dijo que era para que estuviera más cómoda y tranquila, no que hubiese tenido una parada. Nos dijo que estaba recuperando lentamente los valores de sodio, pero la historia clínica nos demostró que mentía descaradamente porque esos valores bajaron. Cuando por la tarde del sábado vio que la niña había empeorado, ordenó realizarle una TAC cerebral para comprobar posible edema y a las 5 de la tarde fue cuando cambió la medicación de forma radical: pautó un nuevo suero y le empezó a administrar unas cantidades de sodio adecuadas. A partir de ahí los niveles comenzaron a subir pero Eva seguía sin despertar. Ordenó una segunda TAC y aunque esta prueba indicaba que tenía un severo edema cerebral, a nosotros nos dijo que había ¨indicios¨ de edema y que la iba a trasladar al Materno porque allí se lo tratarían mejor. El médico forense reconoce en su informe que García Cabanas pautó un tratamiento incorrecto al principio y que luego lo modificó, pero ya era tarde. Ya había edema cerebral, el cual resultó ser irreversible.

No quiero recordar el escalofrío que me recorrió el cuerpo cuando llegamos al Materno y nos dicen que Eva está muy grave, que estaba en coma y al borde de la muerte. Se nos cayó el alma a los pies. A nosotros Cabanas nos dijo que los valores estaban subiendo y que había indicios de edema pero que allí se lo tratarían y entonces se recuperaría. Estoy segura de que Eva ya ingresó con muerte cerebral, pero ella no se atrevió a decírnoslo. Le realizaron una última prueba para comprobar el estado cerebral de Eva (una TAC con contraste) y nos confirmaron la peor de las noticias que jamás nos esperábamos: muerte cerebral. No había nada que hacer. También sigo esperando a que esta señora nos pida perdón y actúe en consecuencia. Cuando las cosas se hacen mal, hay que dar la cara y no esconderse. Nos lo deben. Se lo deben a Eva. Hay que ser consecuente con nuestros propios actos o ¿es que no tienen conciencia?.

A los pocos minutos, todavía en shock, nos preguntaron si queríamos donar sus órganos. Mi marido y yo nos miramos a los ojos y no tuvimos que decir nada más. ¡Por supuesto! Entonces se activaron los protocolos para donarlos y se mantuvo el cuerpo de Eva con vida hasta que estuvo todo preparado para llevar a cabo la donación. Por eso la fecha de fallecimiento que consta es el día 1 de mayo y no el 30 de abril.

Cuatro niños viven hoy gracias a nuestra pequeña Eva. Qué alegría tan grande debieron sentir cuatro familias. Mi hija se fue dando vida a cuatro niños. Su corazón fue a parar a uno en Madrid al que le quedaban horas de vida. Me reconforta, me enorgullece y me hace sentir mejor. No podía ser de otra forma. Eva era una niña buena, alegre y que resultó ser generosa hasta el final de su existencia. Una existencia corta pero maravillosa, que nos ha enseñado a muchos a vivir la vida de forma más intensa y bondadosa.

Gracias hija mía. Gracias mi querida Eva. Solo las grandes personas dejan huellas imborrables.



1 comentario:

  1. Dios mío qué desmanes totalmente impunes... y el mundo girando en torno a tantas otras cosas. Eva en nuestra memoria y corazones, seguid así, Eva estará siempre viva no solo para vosotros.

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